viernes, 12 de septiembre de 2008

Sentir...




Os contare la historia de quien una vez se enamoro y supo que ese amor seria para siempre, incluso hasta cuando no pudiera ir tras el.

Fue fácil encontrarlo, siempre había estado allí, incluso hasta antes de que ella naciera, la esperaba y ella lo sabia, de una forma que no podía explicar y que solo comprendió cuando lo vio por primera vez, cuando vio todo lo que la rodeaba y podía ofrecerla.

Solo la hicieron falta 3 días para enamorase locamente, los tres días mas largos que aun recuerda. Los tres días más largos que paso sola y acompañada.
Un amor difícil, lejano y muchas veces lleno de improvistos que hacen que como cualquier otro amor tenga más complicaciones de las necesarias, pero aun así, un amor verdadero, de los que ya quedan pocos, de los que te hacen emocionarte, llorar y reírte hasta dejarte sin respiración, un amor de los que merecen la pena.
Un amor que poder compartir sin necesidad de celos, incluso un amor que ella no siente tan suyo y profundo si no lo comparte, si no deja que otros que también le tocaron la fibra se deleiten igual que ella con él, que sientan lo que ella siente, que lloren por lo mismo que llora ella y que se rían con ella hasta no poder respirar y caer al suelo.

Algunas veces la ha dado por pensar que son cosas de la edad, que en algún momento cambiará y se desenamorara, pero le basta levantar la vista para saber que no, que eso no pasará, que la mitad si no más de los suspiros que da a lo largo de un mes son por el. Que puede que llegue el día que lo tenga que dejar, pero ese día nunca significara el fin de su amor, ya que su corazón siempre guardara un hueco calido y brillante para él.

Que ella esta enamorada de cada una de sus partes, del aire, de la tierra, de la música, de la libertad, de las tiendas de campaña, del polvo, de los cartones de vino, de las toallitas húmedas, de las pulseras de colores, del camping gas, de las porquerías del suelo, de las caras demacradas, de los malos despertares, de los sacos, de las linternas, del desodorante como arma de salvación masiva, de la carretera, de la compañía que disfruta como ella.

Que se ríe y se apena de quien no sabe valorarlo o de quien cree conocer todo esto y no conoce nada.
Y que esta tontamente enamorada de algo que sabe que solo le pertenece en una porción, que en verdad la sobra y la basta y que sueña con algún día poder crear algo parecido como a lo que ella esta enamorada, para dejar que los demás se enamoren de tal y como ella lo esta.

¿Exageración?
No, lo que pasa es que es muy difícil expresar lo que se siente cuando algo te invade de esa manera.

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